En una época en la que la diversidad de las culturas alimentarias tiende a disminuir, volver a las verduras olvidadas puede enriquecer no solo nuestros jardines sino también nuestros platos. Aquí tienes una guía detallada para cultivar tres verduras antiguas pero valiosas: el pastinaca, el tupinambo y la capuchina tuberosa.
1. El Pastinaca (Pastinaca sativa)
Orígenes y beneficios : Antiguamente un pilar de la alimentación europea, el chirivía es una verdura de raíz apreciada por su dulzura, especialmente después de las primeras heladas que convierten sus almidones en azúcares. Rico en fibra y vitamina C, también ofrece beneficios nutricionales no despreciables.
Cultura: El apio nabo se siente a gusto en un suelo profundo, bien drenado y rico en materia orgánica. Se recomienda sembrarlo directamente en el lugar desde el comienzo de la primavera, ya que desarrolla una larga raíz pivotante que no le gusta ser perturbada. Las semillas pueden tardar en germinar; un velo de invierno puede acelerar este proceso. El aclareo es crucial una vez que las plántulas jóvenes están establecidas, para permitir un desarrollo óptimo.
Cosecha y conservación: La cosecha puede comenzar en otoño y continuar durante todo el invierno, ya que el pastinaca es muy resistente al frío. Incluso puede conservarse en la tierra y ser cosechada a medida que se necesite, o almacenada en un lugar fresco y seco después de la cosecha.

2. El Topinambur (Helianthus tuberosus)
Orígenes y beneficios: Este primo del girasol, introducido en Europa como una curiosidad, se cultiva por sus tubérculos con sabor a nuez. Es muy digestivo y rico en inulina, un prebiótico beneficioso para la salud intestinal.
Cultura: Los tubérculos se plantan de enero a abril, a aproximadamente 10 cm de profundidad y espaciados de 50 a 60 cm. El topinambur es muy resistente y se adapta a diversos tipos de suelos, aunque prefiere situaciones soleadas. Su naturaleza invasiva requiere cultivarlo en un espacio donde pueda expandirse sin molestar otras plantaciones.
Cosecha y conservación : La cosecha comienza tan pronto como las hojas se ponen amarillas en otoño y puede continuar durante todo el invierno, según sea necesario. Los tubérculos se conservan mejor en la tierra, pero también pueden almacenarse en arena en un lugar fresco y seco.

3. La Capuchina tuberosa (Tropaeolum tuberosum)
Orígenes y beneficios : Originaria de los Andes, esta planta se cultiva no solo por sus tubérculos comestibles, de sabor ligeramente picante, sino también por sus flores decorativas y comestibles. Es conocida por sus propiedades pesticidas naturales, lo que la convierte en un excelente compañero en el huerto para repeler ciertas plagas.
Cultura: La capuchina tuberosa prefiere las ubicaciones soleadas con la base a la sombra. Los tubérculos se plantan después de la última helada y requieren una larga temporada de crecimiento antes de la cosecha. En las regiones frías, se recomienda protegerlas con un acolchado o desenterrarlas y almacenarlas en un lugar fresco durante el invierno.
Cosecha y uso : Los tubérculos se cosechan en otoño, una vez que las hojas comienzan a morir. En la cocina, pueden ser utilizados como las patatas, aunque su sabor único se realza cuando se consumen crudos o ligeramente cocidos.
Redescubrir y cultivar estas verduras olvidadas permite diversificar su alimentación y explorar sabores antiguos casi olvidados. Su cultivo también enriquece la biodiversidad de su jardín y le permite disfrutar de cosechas a la vez deliciosas y nutritivas. Estas verduras pueden transformar su experiencia culinaria y reconectarte con la historia agrícola del pasado.